¿ Conoces esa sensación ?
Aparece siempre que te encuentras cincuenta euros en el bolsillo de una vieja cazadora o te ingresan la paga extra. Sí, hombre, sí. Esa que inevitablemente recorre nuestro cuerpo cuando estamos a punto de morder la primera pastilla de chocolate. Cuando nos metemos en una cama de sábanas limpias que huelen a suavizante. O pillamos, en hora punta, una caja vacía en el supermercado. Sí, esa sensación al escuchar tu canción favorita cuando te montas en el coche. O esa cuando te das un ducha caliente después de haber pasado mucho frío. Sí, creo que ya sabes más o menos por dónde voy. Esa sensación al ver aprobada la asignatura que más te ha costado. O cuando te regalan un ramo de rosas rojas un día cualquiera. Incluso puede ser esa sensación de cuando ves a alguien que hacía tiempo que no veías. O cuando ves la cara que pone la otra persona al ver que le has regalado lo que tanto esperaba. La que te hace desentonar entre la gente. Claro, ésa. La sensación que te hace saltar de alegría por muy insignificante que sea el motivo.
¿Te vas enterando? Sí, exacto. Es la felicidad.

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